domingo, 16 de mayo de 2010

Calidad de la educación en Chile: ¿Dependiente únicamente del sueldo del Profesorado?


En los últimos días se ha ventilado una nueva disputa en mención de una mejora en la calidad de la educación nacional. Mientras el profesorado señala que se requiere de mejoras en las remuneraciones, ya que son ordinariamente inferiores que la cantidad recibida por sus pares de los colegios privados; el gobierno, por otro lado, señala la gravedad de que en el marco de las evaluaciones sobre conocimiento y métodos, tanto los profesionales de la educación en ejercicio, como los recién egresados, han demostrado bastante ignorancia al respecto (aspecto lamentable, teniendo en cuenta el conocimiento inmediato que se les reconoce a estos profesionales, por el solo hecho de llamarse “profesor”).

Por un lado, nos encontramos con profesores que realizan su trabajo en medio de condiciones no aptas para un normal desenvolvimiento, con cantidades de alumnos que sobrepasan lo ideal, en condiciones sociales y de infraestructura que restan en el intento de enseñar y que además reciben un sueldo bajo con respecto a lo que reciben sus pares, y peor aún, con respecto a la importancia de su labor en los estudiantes de este país.
Dentro de este punto, aunque no se crea, la importancia del dinero en la retribución es importante para un buen o mejor desempeño de la profesión. No es posible comprender que una labor tan importante como la de formar y educar a generaciones de chilenos en un nivel tan trascendental como en la base de todo conocimiento, reciba un sueldo básico y que a miras de cualquiera sería insuficiente mirando la relación cantidad-importancia, diferencia que se acentúa si se compara con las remuneraciones propias del sector privado.
Finalmente nos encontramos con que requerimos que los profesionales eduquen y brinde calidad a los colegios públicos, pero por otro lado, nos encontramos con que en el sector privado se otorgan mejores condiciones y mayor dinero que trabajar en el sector público, lo que se traduce en una difícil dicotomía ¿vivir o vocación?, ya que nos encontramos con la necesidad de recibir un sueldo que permita vivir en esta sociedad, pero por otro, la vocación de educar y asumir unipersonalmente una misión que es del sistema… sacar a Chile adelante.

Por otro lado, existe la constante y permanente crítica de la mala calidad y del poco conocimiento que exteriorizan varios de estos profesionales, específicamente, los correspondientes a las últimas generaciones de egresados. Tanto en las evaluaciones voluntarias a profesionales en ejercicio y con años de desenvolvimiento, como a los recién egresados (vale destacar el carácter voluntario del teste realizado, ya que por lo menos hay una intención de saber en qué condiciones está), se ha demostrado, por un lado, la escasez de interés por capacitarse y mejorar en el contenido y forma de transmitir los conocimientos, la literal falta de conocimiento (en r elación a aquellos con años de profesión); y también, desde el otro lado; deja en claro la deficiencia de la educación universitaria en cuanto a las pedagogías.

Teniendo estos resultados, ¿cuál es el afán del presidente del colegio de profesores de hacer oídos sordos a esto, y seguir atribuyendo la mala calidad al sueldo? ¿Acaso es tan simple como subir el sueldo y sube la educación? ¿Tan codiciosos son los docentes? No creo.

Señores, para mejorar nuestra educación necesitamos tomar medidas drásticas, y si es necesario que sean incluso antipopulares hacia esos sectores más pudorosos:
1. Superintendencia de educación: con fiscalización tanto a escuelas públicas como privadas, ya que muchos se llevarían grandes sorpresas de fiscalizar sorpresivamente un colegio pagado.
2. Aumento de sueldo a los profesores acorde a la importancia y el peso que éstos llevan al tener que enseñar a decenas de escolares. Esto no solo aliviará al profesorado y les inyectará una cierta motivación, sino que también logrará que profesores del sector privado miren con otros ojos las escuelas del sector público.
3. Tal como hay aumento de sueldo, este debe ser retribuido por los profesores, a través del sometimiento (tanto docentes de educación privada como pública) a evaluaciones referidas a los conocimientos y metodologías aplicables. Si los médicos y algunos profesionales se les cuestiona y se les obliga a evaluaciones periódicas, ¿que impide que los responsables de formar la base de nuestros hijos, no la realicen?
Esto además incluye el hecho de un examen obligatorio al final del curso de pedagogía realizado, con el objetivo de cerciorarse de la calidad y de un nivel mínimo estándar de conocimientos.
4. Reestructuración de la cantidad de alumnos por curso, ya que un profesor no puede tener en una sala un curso hacinado de 40-45 alumnos, esas NO son condiciones aptas para un trabajo efectivo y de calidad.
5. Mayores obligaciones y responsabilidades para los dueños y holdings de colegios, hecho que debe venir de la mano de la constante fiscalización de la superintendencia, ya que nadie controla lo que sucede dentro de un colegio… y los resultados se ven tarde, no en momentos de poder reformarlo
6. Reevaluación y reestructuración de la malla académica; se hace necesario que el MINEDUC reevalúe la malla académica con el objetivo de señalar las materias y contenidos principales y en cantidades que permitan a los colegios pasar de forma adecuada y no “acelerada” las materias. La idea es que entiendan y comprendan las materias, no que las vean simplemente.
Por otro lado, estas materias deben ser obligatorias para todos, y solo en cuanto a materias secundarias, complementarias, se puede permitir una distinta orientación según sea la vocación del recinto educacional, ya que parte importante de los malos rendimientos, se encuentra en el hecho de que muchos colegios no les alcanza el tiempo para pasar toda la materia estipulada; y además se permite que cada colegio tenga libre disposición de paso de materia
7. Potencialidad de institutos técnicos, y mayor regulación a universidades privadas; ya que no puede ser que existan variadas universidades privadas, que no poseen una infraestructura acorde a la educación que se pretende entregar, y que piensan formar en una casa abandonada a “lo que quedó de la PSU”.
Junto a esto también se hace necesario potenciar, motivar y publicitar más a los institutos técnicos, ya que una sociedad no vive solo de médicos, abogados, ingenieros, profesores, sino que requiere de los técnicos y demás actividades no universitarias. Además su publicidad e incentivo podría lograr que haya una mayor aceptación entre los jóvenes, quienes sienten un cierto rechazo y prejuicio hacia carreras técnicas, desconociendo la calidad que brindan ciertos recintos y la importancia que tienen éstas en varios países desarrollados.
8. Obligatoriedad de contar con psicólogos, orientadores en la planta de profesionales del colegio; con el objetivo de tener siempre presente la ayuda de un profesional que logre aliviar la carga personal que puedan tener los estudiantes, y así poder colaborar en cierta parte, en la erradicación del bullying

Para emprender una solución real y un verdadero interés en la mejora de la calidad de la educación Chilena debemos partir por una alianza y una unidad nacional con respecto a este tema, una unidad basada a partir de reconocer errores que todos los grupos responsables hayan cometido, el estado (por una parte) por establecer y mantener una débil estructura e institucionalidad educacional, sumado a una débil y escaza regulación, no solo de entidades públicas, sino que también de entidades privadas; y la poca cantidad de remuneraciones proyectándose también en deficientes pensiones que reciben los profesionales de la educación; y por otra parte, el profesorado, quienes se deben hacer cargo de la realidad, la que nos indica un cuerpo de profesores con escasos conocimientos y con metodologías que en algunos casos no son las más aptas para estos tiempos.Una vez que ambos y sectores reconozcan sus errores y se dispongan y comprometan a resolverlas y mejorarlas, podemos hablar recién de una verdadera voluntad por mejorar la educación. Hoy por hoy, ninguna de las partes ha mostrado verdadera voluntad.