domingo, 11 de abril de 2010

Disminución de Apoyo a Deportistas por Fracasos en ODESUR ¿Se justifica?


Durante la semana recién pasada, se dio a conocer a través de los medios de comunicación, la lamentable noticia de que producto de no alcanzar medallas en los recientes juegos ODESUR (organización deportiva suramericana), muchos deportistas que con sacrificio, sudor y que además no cuentan con mucho apoyo financiero, se dedican día a día en su respectiva actividad tendrían que dejar de desempeñarla y quedarían prácticamente cesantes (ya que no podrán desempeñarse en lo que han hecho durante tanto tiempo); producto de que el poco dinero y aporte que se les brinda, se les quitaría por no haber obtenido una presea en los juegos de Colombia.

Es en este ejemplo, cómo podemos ver que el libre mercado también ha sido llevado a lo deportivo, instaurando la errónea mentalidad del corto plazo, es decir, si se gana, se obtiene aporte para seguir, en caso contrario; si se pierde, se quita el aporte y se deja a éste a que se las arregla como pueda. Justamente es por este tipo de actitudes totalmente antideportivas que como país no somos una potencia deportiva ni siquiera dentro de nuestra propia región, sino que tan solo una nación estrujadora de talentos y famas unipersonales. Al paso que vamos nunca podremos sentirnos orgullosos de un talento formado por el estado, sino que tendremos que conformarnos con agachar el moño ante deportistas que nunca tuvieron un apoyo digno del estado, y pararlos en el balcón de la moneda, para ver si parte de la ovación de ellos, llega de rebote a una nula gestión formadora deportiva. Fernando González, Nicolás Massú, Marcelo Ríos, Carlo de Gavardo, Tomás González y Kristel Köbrich, entre otros; son algunas de las personas que tienen en común:

1. Son chilenos
2. Son deportistas
3. Han sido recibidos y reconocidos por el presidente de la república
4. Han sido estrellas y ejemplo como deportista y persona por su propia cuenta y esfuerzo sin ayuda estatal
¿Lo anterior, debería decirnos algo o no?

Por otro lado; es cierto que el rendimiento de nuestro país en estos ODESUR fue desastroso, y aunque se tenga miedo, se deberá reconocer que aquí hubo FRACASO DEPORTIVO; ya que de un total de 138 medallas obtenidas en los juegos ODESUR pasados (37 oros, 42 platas y 59 bronces), en la actual versión de la competencia, nuestro país solo obtuvo 108 preseas (25 oros, 32 platas y 52 bronces), manteniendo el 5to lugar en el medallero; lo que no deja espacios para discutir lo nefasto que fueron estos juegos para Chile.
Si bien es necesario y un deber que Chile invierta y reorganice los dineros, de manera que aumenten y de esta forma permitan a los deportistas contar con los medios para concentrarse exclusivamente en el deporte nacional, y por otro lado, permita a la subsecretaria de deportes, colaborar con cada una de las federaciones deportivas de manera de evitar las repudiables, negligentes y antipatriotas gestiones hechas por algunas de estas federaciones, como la de gimnasia hacia con sus atletas y en especial con Tomás González; y las ayude a constar con el equipamiento necesario para brindar las condiciones aptas para un mayor y mejor desempeño; también es necesario que nuestro país entienda que en materias deportivas, las inversiones (tanto de confianza como de dinero en nuestros atletas) deben ser siempre mirando a mediano y largo plazo; y nunca a corto.

En el mismo sentido, pero en posición contraria, también debemos entender que para el beneficio de las futuras generaciones y de los demás que esperan su oportunidad de demostrar lo que son capaces, este aporte (un aporte que permite un buen rendimiento), debe estar, obviamente, sujeto a rendimiento y logros obtenidos (o mejor dicho resultados o metas planificadas), ya que entenderemos que no es posible financiar una eterna promesa a costa de quienes tienen algo que decir. Eso sí, siempre manteniendo el respeto a los proyectos de largo plazo, y no quitar financiamientos y aportes solo porque no se tuvo un buen rendimiento, ya que es obvio que como mínimo un 50% de responsabilidad es del estado por no brindar las condiciones necesarias para un buen entrenamiento y formación.

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