miércoles, 16 de diciembre de 2009

Aprobación histórica de presidenta Bachelet: ¿Buen gobierno o Cariñocracia?


En plena cuenta regresiva, para llegar al fin de uno de los gobiernos más exitosos a nivel de popularidad de la historia de nuestro país; y con una importancia tal, que inocentemente termina siendo el santo al que todos; dícese no solo de la oficialidad, sino que incluso de la férrea oposición, quienes como si nada hubiera pasado (como si nunca hubiera habido descalificaciones a su persona, como si nunca hubieran habido rechazos a proyectos emanados del ejecutivo, y como si se les hubiera olvidado la histérica reacción de ser una “oposición que no transará en nada” apenas asumida Bachelet); recurren para la ganancia de votos.
Pero la pregunta que siento que nadie se ha realizado, y que por el contrario, todos han omitidos es: la gran aprobación de la presidenta Michelle Bachelet, ¿es producto de la gran labor de su gobierno, o es a causa de su gran carisma y “buena onda”?
¿Cuál fue la causa de tal subida en las encuestas? ¿Fue la previsión social, el escaso efecto de la crisis económica en nuestro país, o alguna otra cosa?
Si hacemos un pequeño trabajo en dirección hacia los orígenes del período Bacheletista, nos encontraremos con un comienzo auspicioso, que buscaba ganarse ese 56% que la apoyo, otorgando y reiterando cada vez que podía, la igualdad de género y su práctica en su gabinete tanto de ministros como de subsecretarios. Para su pena, la felicidad no le duraría mucho; primero tuvo que enfrentar uno de los errores más grandes que haya sufrido un gobierno, EL FRACASO DE UN SISTEMA 100% IMPLEMENTADO POR EL GOBIERNO PARA RENOVAR EL TRANSPORTE PÚBLICO CAPITALINO (tema que tuvo muchos responsables, no solo el gobierno), y como si fuera poco, tuvo que enfrentar el alzamiento de los “pingüinos”, quienes causaron la remoción del ministro Zilic, el que sería extrañado más aún después de las “secretarias de estado” que llegarían después (la primera ministra en ser removida por medio de una acusación constitucional, y una ministra que no merece comentario, solo valdría decir que causó que una pequeña estudiante malgastara un jarro de agua en su cara).
No olvidemos que en tal período, las catástrofes venían siendo como un regalo de la naturaleza para salvar en parte la pésima aprobación que bajaba la mitad de todos los chilenos; incluso se podría recordar la pésima y escandalosa recepción que tuvo la comitiva gubernamental presidida por la presidenta cuando acudieron al aluvión del sur de chile.
Además como parte accesoria a la posición de que la popularidad de la presidenta no responde a un buen gobierno, tenemos el pésimo ojo que ha tenido la presidenta en la elección de ministros (ministros del interior que iban y venían; ministros de educación que iban gradualmente hasta llegar a uno muy malo (a); una ministra que asumió la cantera de minería y electricidad, cantera que tuvo que ser dividida, alivianándole el trabajo, cosa que no ayudó mucho –su última participación fue como presidenta del directorio de chile transparente, directorio que hace algunas horas presentó la renuncia, efectiva desde marzo, por la “"falta de precisión y prolijidad" de las que adoleció el Informe Global de Corrupción 2009, que hizo referencia a la multa que aplicó la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) al candidato de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera”).
Por otro lado; no solo se vieron cosas negativas, sino que cosas muy positivas, como la creación e implementación de un excelente sistema de previsión social (que necesita como todo proyecto ciertas modificaciones y ampliaciones, pero que ha partido de muy buena manera) que llega a las personas más necesitadas de nuestro territorio, no se puede olvidar el bono por hijo y también la pensión a la dueña de hogar. En materias sociales no se le puede decir nada a “nuestra presidenta”, como dicen éstos políticos de diversas tendencias. Sin lugar a dudas estas políticas e iniciativas han ayudado a una alza en su popularidad, pero no olvidemos que en plena implementación su popularidad rozaba el 50% de aceptación, por lo que no sería suficiente para su 80% según algunas encuestas.
En otro sentido, dentro de las virtudes que mostró este gobierno, encontramos que después de mucho tiempo el gobierno de chile miró puertas adentro de su región y se instaló a dialogar con sus vecinos y coterráneos, junto con ganarse el respeto de la mayoría de las naciones, símbolo de lo anterior es la presidencia pro témpore de chile del recientemente creado UNASUR.
Pero uno de los puntos primordiales en cuanto a motivo a la alta aprobación de la presidenta está, en cómo reaccionó nuestro país ante la crisis económica; y he aquí donde es necesario realizar varias salvedades.
En primer lugar; creo que es necesario validar el trabajo realizado por TODOS los ministros de hacienda de los gobiernos de la concertación, siendo uno de los más importantes, el ministro de hacienda del gobierno de Ricardo Lagos, Nicolás Eyzaguirre; quien de forma autoritaria, e incluso de forma prepotente para algunas personas de la oposición y de la nación; señalaba que todos los excedentes del cobre irían hacia una cuenta de ahorro para emergencias. Esta posición de ahorro que fue constantemente defendida en su integridad de capitán a paje, consolidó la ideología nacional en cuanto a la economía como una nación cautelosa que guarda lo bueno para los malos tiempos.
Este pensamiento instaurado durante el gobierno de Lagos Escobar, fue lo que nos hizo reaccionar de la forma que se reaccionó ante la crisis recientemente sufrida. Esa capacidad que nos permite celebrar que somos una nación digna de admiración en todo el mundo por su “cuasi-inmunidad a la crisis” y que nos permite celebrar nuestra integración a la OCDE (u OECD, en inglés) [ojalá que nos dure la permanencia y que no sea cuestionable cada cierto tiempo, porque no debemos olvidar que muchas de las condiciones que exigía la OCDE para la recepción de Chile como país miembro fueron cumplidas mediante la promulgación de leyes que se vieron aprobadas de forma urgida y apresurada por parte del congreso y del gobierno como si la oportunidad de integrar la OCDE fuera una cada 4 años; lo que implica que muchas de las leyes aprobadas no llevan un período que permita verificar su eficacia, aplicabilidad, utilidad; por lo que finalmente terminan siendo cheques en blanco con ánimos de que no se quede sin fondos].
Este ítem económico, merece que se haga una pequeña reflexión con miras hacia las próximas elecciones presidenciales. Cuando el ministro Eyzaguirre y posteriormente el ministro Velasco mantuvieron una postura firme de ahorro y protección de los excedentes del cobre, el candidato presidencial de la alianza por chile, y sus partidarios, atacaban al gobierno exigiendo mayor gasto público, aprovechando las “arcas llenas de excedentes”. Raro es que con el brote de la crisis, que surge producto de la especulación de los poderosos en un sistema económico capitalista neoliberal (seguido por esta “alianza por chile”), estos mismos integrantes hayan echado pie atrás y hayan acallado sus críticas, dando la razón a las políticas implementadas por los gobiernos de la concertación.
Lo anterior nos permite preguntarnos… si en las elecciones pasadas hubiera ganado Sebastián Piñera, este hubiera terminado gastando parte de los recursos estatales para emergencia, basándose en que es necesario mayor gasto fiscal para el funcionamiento de la economía (el empresario sabe o no?). Según lo anterior, y producto de éstos gastos ¿hubiéramos podido reaccionar de la misma forma ante la crisis?; creo que no, y deberíamos estar agradecidos de cómo se llevó la economía del país durante estos casi 20 años.
Es cierto que en la vida, quien no se arriesga, no cruza el río; pero cuando se juega con la economía de todo un pueblo, creo que hay que ser más responsable.
Finalmente; para meditar y saber bien cuál es la verdadera razón de tal popularidad, creo que es necesario recordar que siempre, en las encuestas (tan importantes y trascendentales en la vida de los políticos chilenos de hoy en día) la presidenta Michelle Bachelet sumaba un gran apoyo, pero era el gobierno el que tenía el rechazo y las problemáticas. Eso de una forma simple, nos puede decir:
“esa señora me cae bien, se nota que quiere hacer las cosas bien y no tiene apoyo, pero su equipo de trabajo lo hace mal”, siendo el hecho de que el equipo de trabajo lo arma y dirige ella, cosa que nadie toma en cuenta y pasa por desapercibido. Esto me hace recordar a:“si jugamos bien (equipo de trabajo), gano yo (como gobernadora, tiene mando, dirige bien); si jugamos mal, gano yo (porque la gente me quiere)

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