viernes, 26 de febrero de 2010

Exceso de Antorchas y Gaviotas en el Festival de Viña


Si bien durante los últimos 5 años, la presencia de artistas de segunda categoría ha sido asidua; esto no ha sido lo más decadente de evento más importante de “Hispanoamérica”, sino que además debemos contabilizar la excesiva y rápida entrega de antorchas y gaviotas como si estuvieran por acabarse y nadie quisiera perderse el 2x1.

En relación a esto debemos tener en cuenta que los espectáculos se llenan con fanáticas, las que producto de su condición, carecen de todo análisis racional y sólo quieren escuchar y escuchar a su artista favorito. Esto viene siendo el gran problema de las premiaciones de este festival, ya que sumado a la inexperiencia y excesivo miedo (demostrado en la constante condescendencia hacia el público), nos da como resultado que artistas que no le han ganado a nadie y que han hecho un espectáculo mediocre por decir mucho, se lleven como mínimo antorcha de oro, no por el show, sino que por asegurar a una fanaticada que llene un lugar estratégico de la Quinta Vergara de la cual se escuche claro y fuerte el petitorio. Por otro lado, se hace ahora más que nunca necesario que se haga una campaña publicitaria a través de los medios de comunicación (especialmente farándula, debido a la gran cobertura que poseen), en la que se enseñe a la población los premios existentes (ya que no falta el desubicado que sigue pidiendo la gaviota de oro –que está obsoleta a todo esto-) y además se les comunique una metódica para regular esta entrega.

Esto último en especial puede sonar estúpido, y dentro de todo… lo es; pero es lo que se debe hacer para contragolpear las constantes abofeteadas que la nueva sociedad y que la nueva fanaticada nos da a todos chilenos y que le da también al significado y al valor que tuvo en su momento tales distinciones (momento bastante lejano por lo demás, ya que hoy en día, hasta LOS NADIENS ganan gaviota). Todo esto; producto del excesivo e incomprendido amor, idolatría e idealización que se les dan las fanáticas a los artistas de hoy en día.
Si queremos que la categoría y la importancia de este Festival de la canción vuelva a ser el de antaño, debemos cambiar y colocar por sobre de nuestras preferencias la calidad y el verdadero merecimiento. Como ejemplo vale decir que soy uno más de la gran cantidad de admiradores que tiene el Gran Coco Legrand, pero lo suficiente de ceso, como para decir que no merecía gaviota y antorcha de oro (antorcha que pasa a ser una estupidez, ya que viene siendo lo mismo que tener una antorcha de plata, debido a que o te quedas en las antorchas o pasas al siguiente nivel que es la gaviota), ya que se le contrató para hacer reír, y se dio la licencia de no hacerlo, sino que solo realizar una crítica a la sociedad, crítica que en versiones anteriores ha sido igual de dura, pero no por eso menos cómicas.

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