lunes, 1 de marzo de 2010

Nuevo Terremoto en Chile: ¿Estamos preparados?


La madrugada del día sábado 27 de febrero a las 3.34 am, Chile fue azotado por uno de los terremotos más fuertes de la historia. El movimiento telúrico que tuvo grado 8.8 richter, según Estados Unidos se encargó de barrer con gran parte de nuestro país, específicamente las comunas y localidades ubicadas entre la quinta y la novena región, incluyendo la región metropolitana, por medio de su fuerza e intensidad.

Entre las grandes consecuencias que el movimiento telúrico dejó en nuestro país, encontramos cortes de suministros de agua y luz, destrucción de todo tipo de inmuebles (sin distinción de materiales con que se construyó, ni tiempo de “vigencia”), los que no sólo se limitó a hogares, sino que también a edificios estatales, hospitales, colegios, universidades, supermercados (impidiendo la distribución de alimento y bebestibles); además de puentes, aeropuertos y pasos sobrenivel; lo que significó una grieta en los puentes comunicacionales de nuestro país, entre los extremos norte y sur y el centro-sur de la nación.

Todo lo anterior, se ve ratificado y agravado en las imágenes vistas en televisión, y que al mismo tiempo me hacían pensar… Después de tanto tiempo en el que nos decimos y nos jactamos con orgullo el saber y reconocer que somos un país sísmico y con permanente riesgo… ¿Estamos preparados realmente para una tragedia como ésta? ¿Existen hoy en día con toda la supuesta tecnología, mecanismos, instrumentos que nos permitan anticipar, responder, reaccionar y reponerse a una tragedia (dígase: terremoto, maremoto, tsunami)? Siendo un país netamente susceptible a movimientos telúricos: ¿Tenemos cultura sísmica? ¿Existe algún protocolo a qué atenerse ante estos casos?

Como hemos visto y escuchado; después de variados sismos y terremotos de los cuáles nuestro país ha sido víctima, no puede ser que hoy en día, nuestra nación no esté en condiciones de aplacar una catástrofe como la recién ocurrida.

No puede ser que durante las primeras 24 horas de la tragedia, las autoridades se preocupen de sólo recorrer, y no tomen medidas básicas inmediatas. Algo tan expedito como decretar estado de excepción o como mandar tropas militares al sur son decisiones que permiten ser emitidas de forma inmediata y sin mayores reuniones. Junto con esto no es entendible que después de una “inversión” de tiempo por parte de las autoridades para supuestamente recorrer y saber a qué atenerse, no se haga nada al respecto en cuanto a aquellas zonas rurales que terminan siendo aisladas y por ende ignoradas hasta estos momentos.
Por otro lado, si bien esta tragedia va a involucrar el ejercicio y la respuesta de dos gobiernos de distinta administración, no puede ser que el señor Sebastián Piñera quiera e insista en viajar con parte de su futuro gabinete hacia las localidades arrasadas, ya que aquellas actitudes solo manchan y obstaculizan la aplicación de las políticas públicas realizadas por el gobierno en ejercicio. Además (si bien ha sido reconsiderado por él y su gabinete) es inaceptable que en momentos de crisis donde lo único que se debe mantener es la unidad y la solidaridad, llegue la oposición a criticar y desviar la atención hacia ellos.

En un aspecto más social, ¿Está preparada la gente, los chilenos, los residentes en general, para enfrentar un terremoto, sabiendo aún que somos un país susceptible a esto?. Lamentablemente, lo que se ha expuesto por televisión nos dicta de que muchos no son dignos de vivir en este país, en un contexto de que su preparación y su actitud frente a un movimiento telúrico, deja bastante que desear. Es cierto que nadie puede prevenir un movimiento de grado 8.8, pero también es cierto que como residentes de un país sísmico y tsunámico, deberíamos saber ciertos “tics” claves para enfrentar a este tipo de situaciones; como saber que los sismos son cosas cotidianas en nuestro país, como tener el conocimiento que ante movimientos de todo tipo tenemos que reaccionar con calma, con paciencia y ubicándose en sectores de la casa que “todo el mundo” sabe dónde se ubican. O me van a decir que ¿A nadie le han hecho hacer operación daisy? ¿Nadie sabe desde su niñez, que uno se debe ubicar debajo de muebles de madera, alejado de los vidrios o al lado de muebles para que en caso de caer parte del techo, hacer un ángulo que permita cierto espacio de aire para sobrevivir?.

Si bien hay que reconocer que estamos en un período y etapa difícil, y que los responsables son otros; también esto nos debe servir para que haya mayor cultura y enseñanza hacia las personas, especialmente desde su niñez; ya que no faltan las familias que por tratar de evitar infundir el miedo a sus niños, no hacen otra cosa que ocultarle un hecho (los sismos) que ese niño vivirá por siempre en este país, y que al mismo tiempo cuando crezca, se encontrará sin herramientas para confrontarla gracias a sus papitos que quisieron evitarle ese supuesto miedo.Es inaceptable que una buena parte de los muertos de este terremoto haya sido por paros cardiorespiratorios provocados por el miedo al movimiento telúrico. Es por esto que debemos ser consecuentes al contexto en el que vivimos, culturicémonos, eduquémonos, y dejemos los miedos e histerias de lado, ya que no son propias de una población que convive con los sismos todos los días.

Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de redistribuir y analizar la cantidad de efectivos policiales en razón a la cantidad de personas a las que deben proteger, ya que no puede ser que el cuerpo de carabineros de concepción se vea sobre pasado por unos idiotas, egoístas y delincuentes que lo único que hacen es aprovecharse de la desgracia para aumentar su codicia y sinvergüenzura. Es entendible que aquellos que requieren de alimentos y demás artículos, recurran a la desesperada decisión de saquear supermercados, pero es inaceptable que vengan estúpidos anti- patriotas a arrasar con objetos que ni siquiera se asemejan a primera necesidad. Personalmente hubiera preferido que hubieran sobrevivido verdaderos patriotas y gente decente a éstos delincuentes… a veces lamento que a estos individuos a los cuáles no se les puede llamar “personas” no se los haya llevado el mar o el terremoto, y que si hayan sido víctimas de esto gente honesta y de bien.

Junto con lo anterior y con los planes y políticas de reconstrucción; el actual y futuro gobierno deberán crear un verdadero protocolo de emergencia, ya que ha quedado claro que para tragedias nacionales (no así locales) no existe coordinación y rápida decisión de qué hacer, cómo hacerlo y dónde hacerlo, entre otras.
Además; se deberá analizar las formas, los materiales y las exigencias que se exigen actualmente para la construcción de edificios y casas, ya que es una vergüenza que vengan constructoras e inmobiliarias con ofertas y con mensajes truchos como “departamentos anti- sísmicos”, para que luego no puedan aguantar el terremoto. Es verdad que el terremoto fue fuertísimo, pero tal afirmación no sirve como excusa de ninguna manera cuando es una construcción reciente y cuando se observa, al mismo tiempo, que construcciones antiguas, de antaño, siguen en pie. ¿Cuál será el nivel de educación de los actuales ingenieros y arquitectos? ¿Acaso no les enseñan a construir y calcular como antaño, sabiendo la excelencia y resistencia de aquellas construcciones? ¿Por qué las construcciones de hoy en día son peores que las de antaño? ¿Acaso la tecnología ha retrocedido en vez de avanzar en esta área? ¿Quién se hace responsable por aquellas construcciones de juguetes? En este mismo sentido no sería malo que se mandara una ley que exprese que toda construcción debe ser de forma obligatoria anti sísmico y que además se deba poseer de forma inmediata un seguro al respecto, ya que es inconcebible que estando en una zona sísmica, no se tomen medidas al respecto. Si bien es verdad que tal acción puede ir en contra de los deseos de los magnates de las constructoras producto de que nadie daría un seguro para tragedias habituales, está bueno que se privilegie a la gente y dejemos ya de aumentar la riqueza de estos magnates que se “hacen la América” vendiendo casas y edificios, para luego retirarse y quedarse en su casa de la dehesa sin dar la cara, mientras ahí se queda la gente desamparada pidiendo explicaciones.

Pero no solo se deben hacer modificaciones legislativas en cuanto a protocolos generales de emergencia, construcciones y otros, sino que también en cuanto a la distribución y apertura de supermercados, ya que es necesario que ante estas tragedias los supermercados pasen a control del gobierno para su libre distribución y seguridad, con tal de evitar actos delictuales como los ya conocidos y se asegure el abastecimiento en las localidades afectadas.
Por último, en este mismo aspecto; es inaceptable la actitud de las empresas formales e informales de buses de subir nuevamente las tarifas. Si durante las fechas religiosas, festivas y de festividad como 18 de septiembre, navidad y año nuevo se hacía necesaria una regulación de la subida de los precios, no puede ser que sean tan desconsiderados y descarados para aprovecharse de esto, para lucrar. Entre las personas que ejercen un saqueo injustificado y quienes dan las órdenes de subida de tarifa, no hay diferencia, son igual de ladrones y sinvergüenzas, y deberían ser castigados. “Que un saco y una corbata, no haga diferencia… robo es robo, nada más”.

Nuestro país y millones de personas en el centro- sur del país, han sido víctimas de una de las armas más fuertes que nos podría haber mandado la naturaleza. Este golpe nos ha llegado fuerte, pero también nos ha dado una lección en varias materias en las cuáles no demostramos ser un país en vías de desarrollo “acostumbrado a terremotos” y que nos ha dejado claro la necesidad de elaborar un documento que nos rija, orienta y dirija en momentos similares.

Unámonos, ayudemos, combatamos a esos anti- patriotas que habitan Chile y que solo se aprovechan de la desgracia ajena, y sobrepongámonos a este misil lanzado por la naturaleza que si bien destruyó y mató, no logrará impedir su lucha, su trabajo y la convicción en una futura y rápida reconstrucción.

¡¡VAMOS Y FUERZA CHILE, QUE LEVANTARSE ES POSIBLE!!
¡¡DEMUESTREN LA VERDADERA MAGIA DEL SUR!!

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