viernes, 5 de marzo de 2010

La Coloquialidad de los "Periodistas"


Si bien debo reconocer que en estos momentos no tengo sobre qué escribir, creo también que el desarrollo que ha alcanzado el ejercicio de la profesión de periodista es digna de análisis y, en algunos casos, cuestionamientos.

Para quienes nos criamos viendo la televisión de los 90´, no podemos decir que la actual forma de ejercer el periodismo en televisión que realizan sus profesionales, se ha mantenido, ya que ésta ha ido evolucionando (ya sea positiva o negativamente), e incluso se han diversificado y ampliado el espacio laboral de estos profesionales, los cuáles hasta hoy en día, siguen siendo una de las profesiones con menos empleabilidad; ubicándose en el lugar 46 de 60 carreras en relación a la empleabilidad de sus egresados (campaña del colegio de periodistas de Chile: “no seas un periodista frustrado”. Diciembre 2007.)

Mientras que en los años 90´nos encontrábamos con un Bernardo de la maza y una Cecilia Serrano, que encabezaban a las figuras del periodismo nacional como: Santiago Pavlovich, Guillermo Muñoz, Alipio Vera, Alejandro Guillier, Mauricio Hoffman, Fernando Paulsen, e incluso la mismísima Pamela Jiles; entre muchos connotados; quienes afrontaban las noticias de forma objetiva, seria, respondiendo también a la idiosincrasia de tal época; hoy nos encontramos con la existencia del periodismo de farándula, el que es prácticamente una forma de emplear a todos los desempleados periodistas, pero desligándolos del periodismo real; ya que sólo se preocupan de buscar a personas que no tienen nada importante que decir y/o hacer, e incluso están obligados a inventar relaciones, riñas y peleas (sean ciertas o no, ya que si no hay polémica, no hay rating; y si no hay rating, no hay sueldo).

Esto, además, se traduce en la total falta de su principal rol profesional… la investigación. Personalmente encuentro patético que un periodista erre en la información que otorga a los televidentes (televisión) y a los redioescuchas (radio) En el contexto de una nota periodística grabada (no así en una nota en vivo), ya que tales notas, son editadas, por lo que se puede mejorar y existe el tiempo de brindar una información correcta ¿Es lo mínimo que se puede pedir o no?

Además de lo anterior, observamos cómo los periodistas pasan, de ser profesionales serios, objetivos; a ser personas comunes y corrientes que comunican una noticia. Si bien puede ser exagerado, ¿Puede un profesional que ha estudiado mínimo 5 años, pedirle al periodista en terreno, que hable bajito para no despertar a la pequeña gigante? ¿No es eso una estupidez? Entenderíamos un contexto así, dentro de un programa especial referido a tal espectáculo, pero dentro de un noticiero nacional, en el que la pequeña gigante es una más de las tantas noticias del día… no se entiende. ¿Puede un periodista dudar y equivocarse en cámara? Sí, claro que pueden, mal que mal son humanos, y pueden errar y/o confundirse, pero… ¿que parezca una disertación de colegio?… ¿no es mucho? ¿Podemos decir que el nivel de ciertos periodistas en terreno, es aceptable? ¿Me van a decir, que nadie ha notado una cierta informalidad y escasez de contenido, en la transmisión de la información? ¿Acaso me van a negar que los noticieros y los programas informativos buscan justamente informar a la gente? ¿Se puede educar a través de la informalidad y con escaza riqueza de vocabulario? Es cierto que es exagerado lo que estoy planteando, pero esto corresponde a las herramientas de los periodistas. Lo que para un médico son los utensilios de cirugía, para un arquitecto sus maquetas, para los ingenieros las calculadoras y demases cálculos matemáticos, es para un periodista la expresión oral; expresión que NO PUEDE estar exenta de una amplitud de vocabulario.

Es comprensible que lo que se busca en la actualidad es acercar a los rostros de los noticieros (los que son esteriotipados como cuadrados, lejanos) a la gente, proyectando una imagen acogedora y cercana al pueblo; pero es necesario que no se confunda la intención de tal proyección, con el simplismo y la informalidad, ya que no por nada estudiaron 5 años y están dirigiendo un noticiero nacional. Mal que mal, si es por ponernos cercanos a la gente, mejor coloquemos a actores a conducir el noticiero, ya que tienen la habilidad de actuar que son periodistas, y no están obligados a respetar cierta formalidad y ubicación que se les debería exigir en ciertos momentos.

Es cierto que tales descripciones pueden ser consideradas como exageradas y provenientes de una persona retrógrada y amargada; así incluso lo vería yo mismo, pero si analizamos objetivamente lo antes señalado, nos encontraríamos con el hecho de que profesionales egresados de periodismo, ya sea por el escaso mercado laboral, o por la mala concepción que existe en la actualidad de que se debe propugnar una mayor cercanía por parte de los periodistas a la gente sin pensar en que esto signifique una mayor distancia desde su formación profesional, recaen justamente en una falta de profesionalismo y objetividad, profesionalismo que antaño no se observaba con tanta asiduidad. Es así que se hace indispensable un mayor control y un mejoramiento en la calidad de las instituciones que imparten esta enseñanza, ya que estamos observando que la carrera de periodismo a nivel nacional representa fielmente la frase “cantidad, no es calidad”; y eso es lamentable.

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