jueves, 11 de marzo de 2010

Imagen de Nuevo Gabinete: ¿Empresa o Nación?


Con la designación durante el mes de febrero, de los futuros ministros y subsecretarios del presidente electo Sebastián Piñera, surgieron bastantes controversias, ya sea en relación a su experiencia política, a su idoneidad en el cargo designado, a posibles conflictos de interés, a su cierto vínculo con la concertación; sumado al hecho de la gran cantidad de profesiones relacionadas a la economía y los negocios que poseen los futuros asesores del presidente.
En especial, con respecto a esto último, sorprende la gran cantidad de ingenieros comerciales y economistas que liderarán las carteras, y por ende, la poca cantidad de personas con experiencia en una determinada cartera; por lo que de esta forma podríamos dejar de lado la rase cliché del presidente electo de “gobernaremos con los mejores en cada área”, junto con pregutarnos ¿Qué es esto? ¿Un gabinete o una empresa comandada por el empresario mayor y sus amiguitos empresarios del club?.

Si bien, en lo personal me agradaron bastante ciertos nombramientos (nombramientos netamente académicos), también me extrañaron otros tantos, como un Hinzpeter en interior, cartera que tiene nada más ni nada menos que ser la segunda a bordo del gobierno, por lo que uno hubiera esperado a alguien con mayor manejo y experiencia. Además no se entiende la presencia de Lavín en educación, más aún teniendo en cuenta su cargo dentro del directorio de una universidad. ¿Por qué llamar a Lavín en educación sabiendo el posible conflicto de interés que pudiera existir (que finalmente existió), cuando se le pudo colocar en otra cartera, más aún; cuando en Chile no existe escasez de académicos y personalidades con condiciones para tomar tal desafío? ¿Por qué sabiendo la importancia de la educación en estos tiempos, no designa a nadie entendido en la materia entre los dos cargos más importantes del área (recordemos que lo más cercano que tiene Joaquín Lavín a la educación es su presencia en el directorio de una universidad privada; y por otro lado, el señor Fernando Rojas es ingeniero civil, sin estudios o experiencia en materia educacional)?

Además no sólo nos encontramos con variados personajes en materias que no son de su especialidad, sino que también éste gabinete ha estado marcado por la gran cantidad de conflictos de interés que existe entre la función, el trabajo y las inversiones o participaciones en empresas del personero designado y el cargo político al que ha accedido.

¿Cómo se puede entender que habiendo tantos entendidos y especialistas en las diversas materias relacionadas a los ministerios y subsecretarias, se elija justamente a aquellos que si bien es cierto que tienen un conocimiento relativo a la materia en la que han sido nombrados, también no es menos cierto que su relación es fundamentalmente lucrativa?

Por ejemplo; ¿No había alguien mejor para la subsecretaria de deportes que el presidente de Blanco y Negro? ¿Acaso el ser presidente de un equipo de fútbol y haber ganado una cantidad de títulos te hace inmediatamente entendido en TODA el área deportiva?, no lo creo. Por otro lado; como solo un ejemplo, también tenemos a la ministra de Vivienda magdalena Matte, la que es la principal accionista de la papelera Dimar.

Si bien comparto, en que es injusto que se sancione a cada persona por sus logros (logros que son materializados en éxitos, buenos cargos en empresas estratégicas, grandes accionistas; y por ende, en riqueza), ya que cada persona no posee lo que tiene de forma gratuita, sino que hay esfuerzo, sudor e inteligencia y talento detrás de cada logro, los que merecen ser compensados con lo que poseen en la actualidad; también no es menos cierto, que estamos hablando de los cargos más importantes y más trascendentales de un país (después del Presidente de la República); y por esto mismo que cada integrante de este y los futuros gobiernos venideros, tenga un currículum y un desempeño transparente e intachable. Es lamentable que ciertas personas deban vender acciones o tengan que desligarse de puestos en los cuáles han sido excelentes profesionales, al asumir un cargo político como lo son ministros, subsecretarios, intendentes y demases, pero ese es el costo del famoso y trillado “servicio público”.
Siguiendo en la misma temática, los supuestos conflictos de interés que puedan tener no sólo los ministros y subsecretarios, sino que también posibles intendentes, gobernadores y demases funcionarios de confianza del nuevo Presidente, no son culpa, ni responsabilidad de quienes son nombrados en tales cargos, sino que son de exclusiva responsabilidad de quien los nombra, porque no puede ser que yo llame a alguien para que asuma en tal cartera y no avisarle el supuesto conflicto de interés que pueda existir. Además lo anterior deja una sensación extraña, porque habiendo dicho el Presidente electo que gobernaría con los mejores ¿Estos eran los mejores? ¿No existían personas capaces de asumir distintas carteras y que no tuvieran conflicto o un cargo anterior conflictivo con su futuro rol gubernamental? ¿Acaso querían “pasar piola”? ¿Que nadie se entere?... lamentablemente no ocurrió así, y aunque parezca injusto esto es ser “funcionario de servicio público”.
Finalmente; debemos tener en claro, que no somos quiénes para exigir que ciertas personas se desligan, dejen y abandonen acciones, cargos y logros que ellos, por medio de trabajo duro han logrado, pero sí podemos exigir en pro de la transparencia y la tranquilidad de los ciudadanos, que los funcionarios públicos realicen sus respectivas labores sin intereses o preocupaciones que puedan alterar una u otra decisión. La idea es que estos funcionarios se dediquen exclusivamente al pueblo y a otorgarle herramientas y soluciones a sus problemáticas, sin dichos, desconfianzas o la mala costumbre de sembrar la duda y la mala fe.

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