lunes, 4 de enero de 2010

86,55% de Puntajes nacionales en las grandes Universidades: ¿Qué pasa con las universidades regionales y el AFI?


Desde hace ya algún tiempo, se puso fin a una de las esperas más largas y angustiosas, de los estudiantes Chilenos, el proceso de “resultados de las postulaciones”, momento en el cual los estudiantes sabrán en cuales universidades han sido aceptados y en cuales han sido rechazados, debiéndose conformar con una segunda, tercera, cuarta y hasta una posible 8va opción, para acceder. El resultado de las postulaciones del año 2009-2010, dio como resultado que el 98% de los puntajes nacionales postulara y pensara en universidades tradicionales o del consejo de rectores, siendo un 86,55% parte de la plantilla de las “universidades grandes”, dícese de la Universidad de Chile y de la Universidad Católica.
Para muchos, estos datos no tienen relación con la situación de las universidades regionales. En relación a esto mismo, pensaran que si las universidades regionales no tienen a los grandes puntajes nacionales, es netamente por razones geográficas y más aun, de calidad académica.

Para una mayor comprensión de esta relación es necesario entender el concepto AFI (aporte fiscal universitario), muy tocado y mencionado en muchas paralizaciones estudiantiles de educación superior. El AFI es “un aporte estatal que está dirigido a todas las instituciones de educación superior (universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica). Es un aporte concursable cuyo criterio de distribución es la matrícula de los alumnos de primer año con los mejores 27.500 puntajes promedios (lenguaje y matemáticas) en la Prueba de Selección Universitaria. En otras palabras; el AFI es un aporte monetario que realiza el estado a instituciones de educación superior, ya sean públicas o privadas, que está condicionado a la cantidad de alumnos “AFI” que hayan recibidos (ya que dependiendo del puntaje del alumno recibido, la cantidad de dinero será mayor o menos), por ende a medida que más alumnos “AFI” tenga una universidad, más dinero recibirá ésta. Por otro lado, de aquí se puede entender el por qué de las universidades de ofrecer tanto beneficio a los estudiantes para motivarlos a ingresar, ya que las universidades saben que en la suma y resta, finalmente tener a ese alumno en particular significará una ganancia, gracias al aporte fiscal indirecto.

Ahora que se entiende mejor la concepción de AFI, se puede realizar una reflexión y concluir lo perjudicial que es el aporte fiscal universitario en algunos aspectos. Si bien es excelente para permitir a las universidades otorgar ciertos beneficios a los estudiantes, por otro lado, las universidades que por historia y tradición no han estado en primeros planos, terminan hundiéndose ante el poderío histórico de las grandes instituciones, las que a pesar de ser grandes entidades universitarias, siguen acumulando más dinero, dinero que lamentablemente va en desmedro de la economía de las universidades regionales que terminan siendo las más perjudicadas.

A continuación les presento los siguientes datos que contienen a los 6 primeros lugares en cuanto al AFI año 2009

1. Universidad de Chile (tradicional) $4.260.772 (en millones de pesos)- 4010 alumnos
2. Pontificia Universidad Católica de Chile (tradicional) $3.454.361 (en millones de pesos)- 3118 alumnos
3. Universidad de Santiago de Chile (tradicional) $1.565.223 (en millones de pesos)- 2368 alumnos
4.Universidad de Concepción (tradicional) $1.519.191 (en millones de pesos)- 2131 alumnos
5.Universidad Técnica Federico Santa María (tradicional) $1.085.016 (en millones de pesos) -1209 alumnos
6.Universidad Adolfo Ibáñez (privada) 937.519 (en millones de pesos)- 1201 alumnos


Como pueden ver, los 2 primeros lugares pertenecen a las históricas UCH y PUC, con gran diferencia en ganancias y alumnos AFI recibidos. Además pueden observar que de los 6 primeros lugares, exceptuando la Universidad Técnica Federico Santa María, la única Universidad esencialmente regional que aparece es la prestigiosa Universidad de Concepción. ¿Supongo que esto nos dice algo o no?

Es por este motivo que en muchas paralizaciones se alega una derogación o modificación a la AFI, ya que manteniéndose esta forma de financiamiento, es imposible que las universidades sin difusión puedan pelear éticamente con las potencias.
Me imagino que más de alguno, podría seguir pensando que tales resultados es producto de la ineficacia de las universidades regionales; en tal caso me gustaría que se hiciera un ejercicio… imaginen que todas las universidades regionales tuvieron que sobreponerse a un cambio estructural que se llevo a cabo durante el gobierno de la dictadura, en el que las universidades tuvieron cierta autonomía con respecto de las otras (ya que anteriormente las universidades regionales eran sedes regionales de la universidad de Chile, que posteriormente en algunos casos, se sumaron a la universidad técnica del estado, durante el gobierno militar, para convertirse en lo que son hoy en día). Imaginen que el poderío de las universidades de Chile y Católica viene desde épocas anteriores, previas al siglo XX, manteniendo prestigio y tradición. Y a todo lo anterior, súmale que se impone esta forma de financiamiento totalmente anti-surgimiento de universidades regionales. ¿Es posible que una universidad surja si nunca se le dio la oportunidad de nivelarse? Este hecho que puede ser pequeño, no solo marca una desigualdad de crecimiento en cuanto a universidades, sino que además marca un círculo vicioso, en el cual las grandes universidades al mantener su poderío mediático, de tradición, y su poderío económico producto de las grandes cantidades de dinero recibidas a través de los años, por medio de la AFI, causan que todos los grandes estudiantes de las zonas regionales no tengan otra cosa que pensar en irse para allá, dejando en segundo plano a las demás por el prestigio que le daría estudiar en las grandes y por el des-prestigio que le podría dar estudiar en las regionales. Lo cómico es que éste prestigio se gana no solo por la educación académica, sino que en gran parte por el propio alumno, quien si hubiera tenido una universidad en su región con los recursos, para atraerlo, ya sea estructuralmente, beneficiariamente, o académicamente (ya que con tales cantidades de dinero se podrían traer mejore profesionales en las especialidades), le estaría dando el prestigio no a la Chile o Católica, sino que a una universidad de Tarapacá, de Antofagasta, de Atacama, de Talca, de Magallanes, entre muchas otras.

Pienso que ya es tiempo, de que se realice una reforma al Aporte Fiscal Indirecto, que permita a las universidades regionales tener mayores beneficios y aportes de manera proporcional, u otras metódicas, que impidan que esta brecha siga creciendo; además no puede ser que una universidad privada reciba un beneficio estatal mayor al de la mayoría de las universidades estatales. Hay algo que se está haciendo mal, y es necesario que se corrija, porque sino, la mentalidad superficial de los chilenos y chilenas de que sólo las universidades Católica y Chile son buenas y válidas; nos dejará muy mal preparados para el futuro y nos impedirá reconocer el talento por sobre el cartel.

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