lunes, 18 de enero de 2010

ME-O y nuevo partido político: ¿Una nueva mayoría o un cheque con fecha de finiquito?


Hace algunos días, la voluntad general del pueblo, se ha manifestado pacíficamente, pero con fuerza. El pasado Domingo 17 de enero, no sólo conocimos el nombre del futuro presidente de Chile, sino que ha dado inicio a una nueva fuerza política, a una nueva oposición. Nos referimos a una fuerza política creada por el ex- candidato presidencial independiente Marco Enríquez- Ominami, quien todavía está manejando posibles nombres para este partido.

Esta nueva oposición, materializada en la formación de un nuevo partido político, se fundamenta en el desgaste de los conglomerados políticos que manejan el poder ciudadano; desgaste que se ve reflejado en ciertas formas poco democráticas de elección de autoridades, designaciones de candidatos entre cuatro paredes, alejamiento de jóvenes dentro de la participación partidaria; y obviamente, ciertos rasgos ideológicos, los que, si bien se asemejan a los ideales concertacionistas, se diferencian por el apernamiento de este conglomerado y la búsqueda de mayores y mejores reformas legales que concreten mayores y profundos cambios en la sociedad por parte de la nueva fuerza.

Si tenemos en cuenta, que el partido de ME-O, se conforma en parte importante por la discordia que se ha tenido últimamente con la concertación en cuanto a ciertas propuestas y metodologías, esgrimiendo principalmente la falta de renovación política, tanto de personajes, como de ideas; es bueno hacer presente algunas interrogantes.

¿Qué pasaría si post presidenciales se genera una nueva camada política de la concertación? Acerca de esto, ME-O ha señalado que puede que haya una nueva generación de políticos, pero no de ideas. Por otro lado, es perfectamente posible, que de la mano de personas como Ricardo Lagos Webber, Carolina Tohá, Claudio Orrego, Marcelo Díaz, y otros más, se podrían aportar incluso una nueva producción de ideas, ya que una parte importante de los jóvenes de la concertación tienen las mismas concepciones de ME-O.

En tal caso ¿No sería complicado para ME-O, sobrevivir a tal reestructuración? ¿Cuál será el partido base de estos nuevos ideales? ¿Tendremos una base Meísta con aportes de la concertación o una base concertacionista con aporte de Meístas? En una futura presidencial, ¿ME-O podría ganarle a un Lagos Wbber, a una Bachelet, a un Orrego u otro candidato propio de la nueva camada? Hay que hacer ver que sería complicado competir contra una nueva camada reestructurada, ya que quienes apoyaron a ME-O, como ya lo hemos planteado, corresponde a quiénes se desconcertaron con la concertación; por lo que al reestructurarse, en parte se recupera tal desconcierto ¿Qué métodos utilizará para atraer a los desencantados de la concertación, los que incluso pueden llegar a ser reencantados con su reestructuración (como hemos dicho); más aun cuando no se posee participación activa en el congreso?

Sin lugar a dudas de aquí a 4 años más la centro izquierda nacional sufrirá una gran cantidad de cambios profundos en relación a su reestructuración tanto en referencia a grupo humano, como de ideales; la que debería no solo reorientar la política, sino que también deberán competir con la gran ventaja de la alianza, la que tiene el centro del poder político para hacer y deshacer en cuanto ámbito desee.

Esto último, podría señalar la importancia de la nueva base ideológica de la concertación y del partido meísta, ya que probablemente, de éstos dependa un segundo gobierno de la alianza o un nuevo cambio hacia ideales progresistas, el que en estos momentos, solo se puede atribuir a las ideas de Marco Enríquez- Ominami; pero en un futuro tales ideas pueden llegar a ser compartidas por la 2nueva concertación”, por lo que si bien puede ser que se encuentren con partidarios distintos, con candidatos distintos, y en estructuras partidarias diferentes; algún día no muy lejano, se deberán unir en torno a tales ideales progresistas (que son compartidos por una importante mayoría de los jóvenes concertacionistas), para evitar la reelección de la Alianza por Chile, y en consecuencia significaría una unión en torno a un nuevo ideal político. Solo restaría saber, bajo que nombre se reunirían

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